A diferencia del RGB, el cual es un modelo de color aditivo, el CMYK es un modelo de color sustractivo. Normalmente utilizado para la impresión, el CMYK asume que el color de fondo es blanco, y por eso resta el supuesto brillo del color de fondo blanco de los cuatro colores: cyan, magenta, amarillo y negro (llamados "clave"). El negro es utilizado porque la combinación de los tres colores primarios (CMY) no produce un negro completamente saturado.
El CMYK puede producir el espectro completo de colores visibles gracias al proceso de medios-tonos, en el que a cada color se le asigna un nivel de saturación y puntos minúsculos de cada uno de los tres colores que son impresos en pequeños patrones para que el ojo humano perciba un cierto color.
Como el RGB, el CMYK depende del dispositivo. No hay una fórmula cierta para convertir colores CMYK en colores RGB o viceversa, por lo que la conversión normalmente depende del sistema gestor del color. ColoRotate convierte fácilmente de un sistema a otro.
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